TRABALENGUAS: NO OIGO

Lo sucedido en la mañanera del día de ayer cuando el Presidente López Obrador fue cuestionado por reporteros sobre la desaparición y posible asesinato de cinco jóvenes en Jalisco fue realmente patético, en lugar de fijar una postura, se llevó la mano al oído he hizo como no escuchar, para responder con un chiste y después retirarse, actitud que ha indignado a todo el país.

Y es que resulta inconcebible que, ante este acto atroz, cometido presuntamente por sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación, el mandatario haya respondido de esa ofensiva y burlona manera, a un drama que no solo viven los familiares de los muchachos ejecutados, sino todos los mexicanos.

Diez horas después y en medio de las fuertes críticas que se desataron en las redes sociales y medios de comunicación, el vocero de la presidencia Jesús Ramírez negó que el Presidente rehusara contestar sobre el múltiple presunto homicidio.

Acusó a los medios de conformar una estrategia de desinformación para afectar al Ejecutivo nacional, comentario que nadie creyó, toda vez que el incidente fue transmitido en vivo y en cadena nacional donde todos pudimos ver lo que ocurrió.

El horrendo suceso del secuestro y posible asesinato de los jóvenes, ocurrió en el triángulo del terror que comprende Tepatitlán, Lagos de Moreno y Colotlán, en los Altos de Jalisco y límites con Aguascalientes.

En esa zona, como en muchas del país, el crimen manda: hay robos, secuestros, ataque a policías, asalto a transportistas y particulares, narcobloqueos en fin, todos los delitos que aquí también conocemos.

La actitud del Presidente deja mucho que desear, mostró su falta de empatía, de respeto y de preocupación por el caso y la situación que vive el país, mostró su verdadero rostro, el de un hombre insensible que lo único que le importa es mantenerse en el poder.

Insensible al dolor humano, no había necesidad de burlarse ni de rematar con un chiste. De esta manera, el Presidente apuesta a tapar, una más de las miles de tragedias que viven a diario los mexicanos y que son los temas que desean tratar.

No hay duda que López Obrador escenifica la fábula japonesa de los tres monos sabios, donde uno no ve, el otro no oye y el último no habla, cuya moraleja concluye en que procures no hablar de más, ni escuchar o ver aquello que te acerque al mal.

La indolencia presidencial no tiene límite.