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Está claro que la sociedad contemporánea ha adoptado una nueva conducta hacia el cuidado y preservación de su salud y de su entorno; existe más consciencia sobre la necesidad de llevar una vida más sana, tanto física como espiritualmente, y existe ya preocupación por lo que le estamos haciendo a nuestro planeta.
Y lo anterior que puede considerarse como algo positivo, también tiene su lado negativo, y me refiero específicamente a la moda de llevar una vida sana o fit, que incluye adoptar una alimentación balanceada, lo más natural posible y eliminando el consumo de alimentos procesados, tabaco y alcohol.
Pero igualmente importante a la sana alimentación, está el incorporar actividades físicas como correr, caminar, acudir al gimnasio, practicar el ciclismo, cross fit, etc. haciéndolo regular y disciplinadamente.
Y esto es muy recomendable y de alto beneficio para la salud, si se adopta como un estilo de vida y no solo como una moda.
Y señalo lo anterior porque en muchos de los gimnasios o centros de entrenamientos, encontramos cientos de personas que se acuden solo a tomarse la foto, a buscar pareja o encontrarse con los amigos, pocos son los que realmente acuden por su bienestar físico y emocional.
Y hay otros que se obsesionan y hacen de su vida fit un verdadero calvario, plagado de sacrificios, privaciones y hasta conductas francamente enfermizas.
Existe un trastorno mental llamado vigorexia o dismorfia muscular, en el que la persona se obsesiona por su estado físico hasta tal punto que cambia su conducta alimentaria y sus hábitos de vida, para logar una imagen que tiene en su cabeza y que presiente que es inalcanzable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la vigorexia es una obsesión que puede conducir a la enfermedad porque produce una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos, acompañada del consumo de otras sustancias, como los esteroides anabolizantes, que comienzan por afectar sus hábitos de vida.
Por ello, si se adopta una vida fit, hay que llevarla a cabo bajo asistencia médica profesional apoyados por un nutriólogo, para hacerlo todo de manera consciente y responsable.
No hay edad para comenzar a llevar una vida saludable, nunca es tarde, llevar una vida sana, gozar de salud, es nuestra mayor riqueza, hagámoslo bien con medida y sin excesos.
Y para quienes padecen vigorexia, hay que aprender a querer lo que tienes y a no desear lo que no tienes, y encontrarás la paz.
Escrito por Ricardo Saldaña
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