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Del mismo modo que no sería un esclavo, tampoco sería un amo. Esto expresa mi de la democracia.
Abraham Lincoln (1809-1865) Presidente de Estados Unidos.
El presidente López Obrador festina que la información oficial emitida por el Coneval ratifica que las políticas públicas de la 4T en el rubro social, son un éxito. Toma sólo uno de varios factores para justificar ese “éxito”.
Dice que la pobreza se redujo notablemente durante su gobierno. Eso es solo parcialmente cierto y con matices que obligadamente no pueden dejarse fuera: se redujo la pobreza moderada del 41.9% de la población que la padecía en 2018, a 36.3% en 2022, lo que significa que de 51.9 millones de mexicanos bajó a 46.8 millones. Lo que el presidente se reserva, es el otro renglón de la medición de la pobreza, la extrema, la que padecen los pobres de los pobres: en 2018 el 7% de la población se ubicaba en ese parámetro, 8.7 millones de personas, y en 2022 se elevó a 7.1%, es decir, 9.1 millones de mexicanos.
Que haya disminuido la pobreza moderada, es resultado de las pensiones a adultos mayores, que ahí encuentran justificación, pero es claro que se trata de un escenario prendido de alfileres, incluso ficticio, porque las ayudas asistenciales de todo gobierno deben ser coyunturales, no sistemáticas. La única salida de fondo a la pobreza es la generación de empleos.
Pero el dato verdaderamente escalofriante del estudio del Ceneval, y que López Obrador soslayó, y cuando se lo cuestionaron en la mañanera de este viernes lo matizó y para variar cantinfleó para justificarlo, es el que tiene que ver con el acceso a la salud. Es aterrador confirmar que el sistema está destruido por el gobierno, y prueba de ello es que en 2018 el 16.2% de los mexicanos no tenían acceso institucional a la salud, pero en 2022 ya se ubicaba en 39.1%. En números la realidad cobra niveles de pesadilla: eso significa que de 20.1 millones de mexicanos sin atención médica, en solo cuatro años se elevó a 50.4 millones. En los cuatro años del obradorato, más de ¡treinta millones de mexicanos que tenían cobertura gubernamental de salud (IMSS, ISSSTE, Salud, básicamente), dejaron de tenerla y hoy están a la deriva!
Y el fenómeno no es resultado de la pandemia, sino de las políticas públicas de los López, Obrador y Gatell, y tiene, entre otros, dos factores que lo explican: cancelaron el Seguro Popular y el Insabi con el que pretendieron sustituirlo fue tal fracaso, que tuvo que ser borrado por ellos mismos, y dos, el criminal desabasto de medicinas que propiciaron al eliminar las compras consolidadas so pretexto de que eran una fuente de corrupción. Pues hoy, no hay medicinas y la corrupción sigue igual, o peor.
El gobierno de la 4T ha sido una tragedia para México, pero dos rubros se elevan por los demás: la inseguridad y el sometimiento del país al crimen organizado, y la destrucción del sistema de salud. El primero no es enteramente responsabilidad de López Obrador, aunque en todo caso se acentuó con él, pero el desastre en Salud sí debe cargársele cien por ciento. Caminaba razonablemente bien antes del 2018. Hoy ni siquiera camina. Es la gran tragedia cuatroteísta.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 417 días. X@jaimelopezmtz>
Escrito por Jaime López Martínez
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