Viernes de Dolores: iglesia acompaña a la madre de Dios en últimos días de cuaresma

Siete espadas de dolor atravesaron su corazón, por lo que fieles la acompañan en oración, y en  Eucaristía para no dejarla sola

Este viernes sexto y último del periodo de Cuaresma, la Iglesia Católica conmemora la solemnidad de los dolores sufridos por la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Siete espadas de dolor que atravesaron su corazón, y por lo cual los fieles la acompañan en oración, y es celebrada la Eucaristía junto a ella para no dejarla sola.

Tradicionalmente, la Iglesia Católica ha denominado “Semana de Pasión” a esta última semana de la Cuaresma que está por terminar, previa al inicio de la Semana Santa.

Los siete dolores de la Virgen María hacen referencia a distintos pasajes bíblicos que narran los episodios más dolorosos en la vida de la Madre de Dios. El primero es cuando Jesús es presentado en el templo y María y José escuchan la profecía de Simeón, el segundo dolor es cuando se ven obligados a huir a Egipto por la persecución de Herodes a los primogénitos, el tercero es en el pasaje bíblico emblemático de cuando Jesús se pierde en el templo. El cuarto dolor sufrido por la Virgen María ya es cuando Jesús era adulto y justamente cuando ella le encuentra en el camino al Calvario, el quinto es ver a Jesús crucificado, el sexto cuando recibe el cuerpo sin vida de Jesús cuando fue bajado de la Cruz, y el último dolor fue el enterrar a su hijo Jesús.

Se trata de un tiempo especialmente dedicado a profundizar en la reflexión sobre el sentido cristiano de la Semana Santa.

A pesar de los cambios litúrgicos realizados en la Iglesia durante el siglo XX, diversas celebraciones de la Semana de Pasión se han mantenido a través de las décadas, como es el caso de este Viernes de Dolores, dedicado especialmente a los dolores que experimentó la Virgen María durante su vida, especialmente durante la Pasión y Muerte de Cristo.

Para comenzar a vivir la Semana Santa tiene que haber una preparación espiritual y psicológica, de tal forma que los fieles fijen la atención en la Cruz y en Jesús que está sufriendo en la Cruz, que es Cristo por nosotros, para manifestar su Gloria.

Estos días sirven para que el fiel católico tome conciencia de cuánto cuesta el alma humana y cuál ha sido el precio que se ha pagado.