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En Michoacán hay 1 millón 573 mil 970 hectáreas de uso agrícola. El 85 por ciento de la mano de obra en el campo son hombres y el 14.2 por ciento son mujeres. Los altos costos de insumos y servicios, así como los factores climáticos fueron los problemas más recurrentes en el campo del estado.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer hoy los resultados oportunos del Censo Agropecuario 2022, para ofrecer estadísticas actualizadas sobre las características económicas, tecnológicas, ambientales y sociales de las unidades de producción agrícolas, ganaderas y forestales de Michoacán, así como su producción, tamaño, estructura y distribución.
Es la novena edición de este programa, que se lleva a cabo en el país desde 1930 y que hoy fue presentado en rueda de prensa por Eréndira Magaña Olvera, coordinadora estatal del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
De las hectáreas con uso o vocación agropecuaria en la entidad, 2 millones 688 mil 300 fueron cubiertas por el Censo, mismo que revela que, en 2022, en Michoacán había 260 mil 366 unidades de producción agropecuaria y 1 millón 573 mil 970 hectáreas de superficie agrícola. Las unidades de producción se distribuyeron de la siguiente manera: 227 mil 959 fueron unidades de producción activas con 1 millón 309 mil 086 hectáreas de superficie agrícola productiva, y 32 mil 407 fueron unidades de producción agropecuaria sin actividad con 264 mil 884 hectáreas de superficie agrícola sin rendir.
Las unidades de producción agropecuaria activas en la entidad contaron con 1 millón 008 mil 545 hectáreas de superficie sembrada y 300 mil 540 no sembradas. De estas últimas, 165 mil 967 hectáreas eran superficie en descanso y el resto, 134 mil 573 hectáreas, superficie no sembrada por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien la sembrara, entre otras causas.
La superficie promedio, por unidad de producción activa, es de 5.7 hectáreas. En el Censo Agropecuario 2007, el promedio fue de 7.7 hectáreas; es decir, en 2022, las unidades de producción fueron más pequeñas, en promedio.
En cuanto a la escolaridad de las y los productores, el nivel de primaria predomina, aunque aumentó de 50.6 a 53.6 por ciento, entre 2007 y 2022. La secundaria registró un incremento de 9.2 a 18.1 por ciento y el bachillerato o preparatoria de 2.5 a 5.7 por ciento.
La funcionaria expuso tablas y gráficas con información de ese censo que también arrojó que los problemas más comunes que percibieron los productores agropecuarios, y que afectaron la producción y productividad de las unidades de producción fueron: los altos costos de insumos y servicios en un 92.3 por ciento, factores climáticos un 50.9 por ciento, baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia por la COVID-19, con 40.6 por ciento, factores biológicos en un 31.9 por ciento, también la inseguridad en un 23.3 por ciento, así como la pérdida de fertilidad del suelo con 21.7 por ciento.
El sector agropecuario requiere de información actual y completa que permita conocer su situación económica, tecnológica y social. Disponer de estadísticas actualizadas es fundamental para planificar y para formular políticas y estudios dirigidos a las unidades de producción agrícola, ganadera y forestal.
En este sentido, un censo agropecuario es la única fuente para conocer, con precisión y detalle, la producción de cultivos, la cría de especies pecuarias, el aprovechamiento forestal y las condiciones estructurales y coyunturales de las labores que realizan las y los productores. Además, ofrece una visión del campo en el contexto nacional y mundial.
Asimismo, obtiene datos para generar indicadores, establecer políticas públicas, realizar estudios y para tomar acciones a nivel internacional sobre la seguridad alimentaria, expuso.
Written by: Yazmin Ferreyra
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