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La problemática en el sector educativo de Michoacán es tan grave, que tiene en el olvido la búsqueda de mejorar la calidad en el aprendizaje, el conocimiento y la pedagogía, así como llegar hasta los más recónditos lugares.
La política pública en más de dos décadas se ha centrado en lo administrativo, la grilla y disputa con las diversas alas sindicales del magisterio, con los normalistas y en el negocio de la venta de plazas con la complicidad de líderes magisteriales y gobiernos en turno.
Por eso es prácticamente natural que Michoacán permanezca en el “top ten” de las entidades con los peores indicadores en la mayoría de los rubros vinculados a la educación.
En medio de semejante crisis, se suma la inestabilidad provocada por los gobernadores que incapaces, cómplices o doblegados por los intereses políticos y/o sindicales, han elegido mal a sus secretarios de Educación; así que desde 1978 que se descentralizó este sector, el promedio de una persona al frente de dicha dependencia es de apenas 16 meses, como lo informó el director de Mexicanos Primero en Michoacán, Erick Avilés.
Pese a las dudas que generó el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla con la designación de Yarabí Ávila González, empezaba a generar avances, romper inercias y hasta parecía que podía hacerse del control de dicha dependencia.
Pero, una vez más y como marca la tradición, apenas duró 14 meses y renunció para buscar ser la próxima rectora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), donde se aprecia como la favorita de Ramírez Bedolla y que, de llegar, pondrá en duda la autonomía del Consejo de Rectoría y será vista como la rectora carnal.
Para relevarla, el gobernador optó por Gabriela Molina Aguilar, quien se venía desempeñando como secretaria de Cultura.
Antes, allá por el 2009 – 2012 fue diputada local del Partido de la Revolución Democrática (PRD); se desempeñó como secretaria de Fomento Económico del ayuntamiento de Morelia en la era Raúl Morón Orozco y fue colaboradora de Silvano Aureoles Conejo como directora del Sistema Michoacano de Radio y Televisión, de donde salió por la puerta trasera debido a conflictos con los trabajadores sindicalizados. No es tema menor, cuando va justamente a una secretaría donde las batallas con sindicatos magisteriales y normalistas son lo cotidiano y sin duda, de mayor intensidad y complejidad por la impunidad de la que gozan.
Molina Aguilar tiene su máxima oportunidad para dejar huella. De trato amable y estudiosa, licenciada en Derecho y doctora en Administración Pública, pero, su paso en las responsabilidades de gobierno y legislativas ha sido discreto, no ha logrado destacarse.
Sin embargo, tiene en su haber que ha transitado sin mayor conflicto con diferentes liderazgos y/o jefes. Nada más y nada menos, que personajes que hoy están conflictuados como lo son: Silvano Aureoles, Raúl Morón y Alfredo Ramírez.
Gabriela Molina tiene el beneficio de la duda. Veremos, por ejemplo, si puede abonar a que se logre la tan prometida federalización de la nómina, primero y desde el 2019 lo comprometió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Luego, Ramírez Bedolla dijo que le bastarían seis meses de su administración para hacerla realidad y no pudo, eso debió ser el pasado mes de abril.
Por lo pronto, lo claro, es que la inestabilidad en la Secretaría de Educación de Michoacán se mantiene.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
cmongem@hotmail.com
Escrito por Carlos Monge
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