Rezo del viacrucis: la iglesia pide perdón a Jesús por todos los pecados

Fieles acompañaron, así, a Jesús con la Cruz a cuestas como en aquel tiempo, cantando y pidiendo «perdón, oh Dios mío, perdón y clemencia»

Ha terminado el rezo solemne del Viacrucis meditado dentro de la Catedral de Morelia, como año con año se hace de parte del Arzobispado, pero esta vez no estuvo encabezada por los obispos la meditación de cada una de las catorce estaciones, sino por el Cabildo Metropolitano y por el padre Socorro con presencia de seminaristas y fieles.

Este Viernes Santo se rememoró el paso sufriente de Jesucristo hacia el calvario para ser crucificado, en que toda la iglesia pide perdón al Señor por todos los pecados de todos los hombres de todos los tiempos, «principalmente el mundo actual que necesita tanto del Señor, por ello el rezo del Viacrucis», pronunció el presbítero.

Esta vez hubo únicamente las peticiones de gracia y bendición a Dios Nuestro Señor, pero sobre todo se meditó en el significado de cada una de las estaciones de este camino con que culminó el tremendo sufrimiento de Jesús en este enorme sacrificio rumbo a la Cruz. Hoy se ha hecho la meditación profunda en los dolores, la Pasión y Muerte del Señor Jesús, «quien dio su vida por salvarnos», ese es el sentido del rezo de las estaciones de este doloroso peregrinar.

Fieles acompañaron, así, a Jesús con la Cruz a cuestas como en aquel tiempo, cantando y pidiendo «perdón, oh Dios mío, perdón y clemencia» clamando en cada una de las 14 estaciones que marcan el paso y sufrimiento de Jesús hacia el Calvario. El numeroso contingente hacía parada para rezar y escuchar el mensaje y significado de cada uno de los momentos de la Pasión del Señor, de entre los que el más sentido es la XI en que se rememora cuando Jesús es clavado en la Cruz y pronuncia las siete palabras antes de regresar a la Casa del Padre, habiendo cumplido las Escrituras.

«Cristo nos amó y se entregó por nosotros, si sufrimos con Él seremos glorificados con Él», se leyó la carta a los efesios en esa estación.

El Señor quiere liberarnos de todas nuestras cruces, y aquellas que no podemos dejar de cargar quiere que las hagamos un paso para la resurrección y la vida.