play_arrow

keyboard_arrow_right

Listeners:

Top listeners:

skip_previous skip_next
00:00 00:00
chevron_left
  • cover play_arrow

    VOX MORELIA 103.3 FM

Opinion Vox

TRABALENGUAS: EL CAMINO AL MICTLÁN

today2 de noviembre de 2023 24

Fondo
share close

Hoy que celebramos el Día de Todos los Santos, fecha emblemática de la festividad religiosa de Día de Muertos, es el día que se honra a los seres queridos que han fallecido, día en que los cementerios son visitados por miles de personas que acuden a recordar a los suyos, adornando las tumbas con flores, rinden tributo a quienes se han adelantado en el camino al Mictlán.

Así como los altares deben contar con elementos que no pueden faltar, como la flor de cempasúchil, el copal, semillas y frutas, también existe un personaje que es vital para que las alamas de los difuntos lleguen a Mictlán, su destino final, me refiero al perro  Xoloitzcuintle.

En la época prehispánica existían diferentes tipos de perros nativos en los pueblos nahuas, entre los que destaca la presencia del xoloitzcuintles o “perro pelón mexicano”.

El perro Xoloitzcuintle tenía una misión fundamental para ayudar a las almas a llegar al Mictlán. Se creía que esta raza, originaria de nuestro país, guiaba a los espíritus por un profundo y caudaloso río cuya meta final era la ciudad de los muertos.

De acuerdo con la leyenda, si la persona había tratado mal a los animales en vida, el Xolo se negaría a ayudarlo a pasar. Sin embargo, si se les daba un trato digno a los perros, tomaría el alma, la pondría sobre su lomo y la llevaría a salvo hasta el otro lado.

Los Xoloitzcuintles estaban asociados con “Xolotl”, dios de la muerte. Siguiendo con la leyenda, si el perro era de color negro, no podía llevar a las almas porque esto indicaba que ya se ha había sumergido en el río.

En tanto, los Xolos de color blanco o muy claro tampoco lograrían llevar a las almas al Mictlán, pues esto significaba que eran muy jóvenes y no tenían la madurez para concretar la misión espiritual.

Solamente los perros de color gris jaspeado serían los encargados de cruzar el inframundo para dar a las almas un descanso digno.

Es así, como cada elemento que conforman la celebración del Día de los Muertos, son parte de profundo misticismo, donde se confronta la vida y la muerte, muerte a la que celebramos hoy con rezos, cantos y las viandas y música favorita del difunto y donde no puede faltar la presencia del mejor amigo del hombre.

Escrito por Ricardo Saldaña

Rate it

Comentarios de las entradas (0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


0%