DE INTERÉS PÚBLICO: SERENOS, MORENOS

La injusticia en cualquier lugar, es una amenaza para la justicia en todas partes.

Martin Luther King (1929-1968) Pastor bautista y activista social

Bajo ninguna circunstancia es ocioso alertar sobre el riesgo de que Xóchitl Gálvez, o cualquier otro aspirante a la candidatura presidencial, sea del oficialismo o de la oposición, puedan ser objeto de agresiones o incuso de atentados contra su vida. El ambiente en el país puede cortarse con un cuchillo. La tensión está a flor de piel.

Demos por sentado que el presidente López Obrador no tiene la intención de que Gálvez sea agredida, pero debe tener la capacidad de dimensionar que no es preciso que él llame a sus seguidores a tomar alguna acción violenta con la senadora, o contra quien sea de la oposición, sino que su sola carga verbal conlleva la suficiente fuerza para que algún seguidor suyo tome su mensaje tan a pecho que considere hacerle “un favor” al presidente y atente contra cualquiera de los que él califica como sus adversarios.

Y el riesgo no es solo entre sus seguidores, muchos de los cuales adolecen de la suficiente capacidad intelectual para discernir la diferencia entre una crítica política y un llamado abierto a la violencia. El riesgo también debe advertirse entre cárteles del crimen organizado, que tan cómodos están con un gobierno que no solo no los confronta, sino que los cobija. Cualquier capo supondrá que le hace un favor al presidente si atenta contra sus adversarios.

Hace bien López Obrador este miércoles cuando llama: “serenos, morenos”, pretendiendo que sus huestes morenistas tomen con calma la lucha político-electoral. Hace bien, pero es insuficiente ese llamado, dado el nivel de crispación en el que él, el presidente, ha metido al país. Y si en verdad quiere reducir riesgos, bien haría también en cesar sus ataques contra periodistas que han alertado de ese riesgo contra Xóchitl Gálvez. Joaquín López Dóriga, Raymundo Rivapalacio y Héctor Aguilar Camín, no es que se hayan puesto de acuerdo para casi simultáneamente advertir en sus espacios en medios de posibles atentados contra la senadora. Ese riesgo lo alertamos todos, cualquiera con dos dedos de frente.

Por eso, el “serenos, morenos” que lanza López Obrador, bien podría trocarse por un “sereno, señor presidente”. Es él quien debe serenarse, es él quien debe apaciguar los ánimos entre sus seguidores. ¿y por qué él?, bueno, pues por la sencilla razón de que es él quien ha polarizado al país. Las cosas, como son.

Y a la pesadilla ya solo le faltan 434 días.

twitter@jaimelopezmtz